En los últimos 50 años, el orden financiero mundial establecido está cambiando a un paradigma nuevo y desconocido. El domingo pasado expiró el acuerdo del petrodólar entre Arabia Saudí y Estados Unidos.

El acuerdo del petrodólar se firmó tras la crisis del petróleo de 1973. Después de que EEUU abandonara el patrón oro, este acuerdo tenía planes de largo alcance para la economía mundial.

El acuerdo estipulaba que Arabia Saudí, valorando sus exportaciones de petróleo en dólares estadounidenses, invertiría su excedente de ingresos petroleros en bonos del Tesoro estadounidense. A cambio, Estados Unidos proporcionaba al reino apoyo militar y protección.

Este acuerdo ayudó al dólar a consolidar su posición como moneda de reserva mundial e inauguró una era de prosperidad para los estadounidenses, que disfrutaron de las ventajas de que su mercado se convirtiera en el preferido por las empresas mundiales para vender sus productos. Además, la afluencia de capital extranjero a los bonos del Tesoro estadounidense ha favorecido los bajos tipos de interés y la solidez del mercado de bonos.

Todo esto podría cambiar ahora que Arabia Saudí pretende ir más allá de una relación exclusiva con EE.UU., como demuestra el hecho de que el reino se haya convertido en uno de los miembros más recientes del bloque BRICS.

¿Cómo afectará esto al dólar estadounidense, al bitcoin y al oro?

Desde la perspectiva de Daniel Krupke, jefe de investigación de Coin Bureau: es probable que la terminación del acuerdo del petrodólar entre EE.UU. y Arabia Saudí tenga un impacto mínimo en el dólar porque Arabia Saudí convierte de todos modos en dólares estadounidenses otras divisas distintas de los dólares estadounidenses que recibe como pago por el petróleo.

Y aunque una moneda de los BRICS pueda tener cierto nivel de aceptación, sin el apoyo de una economía estable, no alcanzará un nivel de aceptación similar al del dólar estadounidense, el oro o los Bitcoins.

Es probable que ninguna de las partes se beneficie pronto de la rescisión del acuerdo. Ahora mismo, sólo dificultará las cosas. A largo plazo, puede hacer que Arabia Saudí sea menos dependiente del dólar estadounidense, dependiendo de lo que haga el país con sus ingresos no procedentes del dólar.

En cuanto al proyecto de tratado de defensa, puede preservar las relaciones bilaterales en el plano estratégico, pero no sustituirá directamente el aspecto económico del acuerdo del petrodólar.

Y puesto que el rial saudí está vinculado al dólar estadounidense, esto significa que Arabia Saudí necesita el dólar estadounidense para sostener su moneda.

Sin embargo, la cancelación del acuerdo podría ser negativa para el dólar estadounidense si Arabia Saudí decide convertir estos ingresos en divisas distintas del dólar estadounidense en otros activos como oro o BTC. La diversificación de los activos saudíes en oro o Bitcoins podría ayudar a elevar sus precios, aunque depende del grado de diversificación.

Según Brian Mahoney, cofundador de Acre, el simbolismo del fin del acuerdo del petrodólar entre EE.UU. y Arabia Saudí marca un cambio hacia un futuro aún más fragmentado económica y geopolíticamente. Indica que para los mayores activos energéticos, como el petróleo, la moneda mundial ya no se valora sólo en dólares. Y abre la puerta a activos alternativos.

Muchos especulan con que una moneda de los BRICS podría estar respaldada por una cesta de materias primas, de la que formaría parte el oro. En consecuencia, esto beneficiaría a los precios del metal precioso.

Pero la mayoría de los analistas opinan que pasarán años antes de que el dólar pierda su estatus de moneda de reserva. No obstante, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, el desplazamiento de las divisas occidentales hacia alternativas -oro, bitcoin, etc.- continúa y continúa.